Los grandes momentos de la vida son como un despertar, estan llenos de sorpresas, de belleza, de magia, de ternura.
Los grandes momentos de la vida vienen colmados de corazones acelerados, llenos de cosquillas en la panza, de sudor en las manos, ilusión. Pero en general los grandes momentos de la vida, ocurren más tarde de lo esperado.
Cuando lo que querés tarde en llegar, el deseo crece, se fortalece y tu corazón se va preparando para recibir eso que tanto esperás.
Si no estás listo para lo que deseas es como comer una frutilla verde, es agria, no la disfrutás.
Por algo ciertas cosas se hacen esperar.
Las cosas importantes llevan tiempo, cuestan trabajo, esfuerzo, dedicación.
El deseo se vuelve fuerte cuando uno se da el tiempo de desear. Si entre el deseo y la realización no hay tiempo, el deseo se vuelve débil, descartable.
Queremos todo rápido: la comida ya, los resultados ya, levantar el tubo del teléfono y que un delivery nos traiga la felicidad ahora.
Saber esperar es saber desear.
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