No sé para qué escribo porque la verdad no me siento inspirada en este momento, creo que no nací para tener un blog, aunque no creo que se nazca para eso, pero bueno, se entiende lo que quiero decir.
La vez pasada dejé el blog por la escuela, además que porque nadie lo leía, creo que solo mi mamá lo leía, que siempre está ahí, chusmeando todo, insoportable, jodidamente insoportable. Entonces la cosa es que ella se encargaba de comentarme todas las entradas (mentira, no todas) y de comentarme en la cena, el almuerzo, cualquier momento del día sobre lo que escribía, sobre lo que yo escribía, sobre algo mio, algo personal. Ya sé que no debería estar quejandomé por esto no, pero, por lo menos guardate los comentarios. Eran cosas mias, y me conocés, no me gusta que me pregunten por mis cosas ni nada de eso.
Bueno, me fui por las ramas como mi profesora de lengua que gracias al cielo este año no la tengo más.
Acá estoy yo, queriendo volver, queriendo resumir en un par de entradas todo lo que fué el año pasado.
Y bueno, acá estoy, hola al que esté del otro lado o al que no.
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